"Portrait of Charles Darwin", pintado por George Richmond poco después del 2 de octubre de 1836, fecha del regreso del Beagle a Inglaterra
"Nada tiene sentido en biología excepto a la luz de la evolución" ("Nothing in Biology makes sense except in the light of evolution") es una célebre frase del genetista Theodosius Dobzhansky. La evolución es el proceso de transformación de unas especies en otras descendientes. Se calcula que por cada especie viva hay unas 1.000 extintas. Si a principios del siglo XIX la física ya había conseguido explicar los fenómenos observados en el firmamento, el origen de los seres vivos y su complejidad seguía siendo un misterio. 57 años antes de la edición de "El origen de las especies", el teólogo William Paley, británico como Charles Darwin, publicó su "Teología natural", donde enunció la analogía del relojero, un argumento en favor de la existencia de Dios, por la que ningún ser vivo, lo mismo que sucede con objetos complejos como son los relojes, podría ser producto del azar. Si el creador del reloj es el relojero, nadie si no Dios podría haber creado un ser vivo. La idea del diseño inteligente de Paley tuvo una gran influencia en los naturalistas del siglo XIX y daba sentido a lo que dice el Génesis bíblico:
Capítulo 1
1 Al principio Dios creó el cielo y la tierra.
2 La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios se cernía sobre las aguas.
3 Entonces Dios dijo: «Que exista la luz». Y la luz existió.
4 Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas;
5 y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el primer día.
6 Dios dijo: «Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una separación entre ellas». Y así sucedió.
7 Dios hizo el firmamento, y este separó las aguas que están debajo de él, de las que están encima de él;
8 y Dios llamó Cielo al firmamento. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el segundo día.
9 Dios dijo: «Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el cielo, y que aparezca el suelo firme». Y así sucedió.
10 Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las aguas. Y Dios vio que esto era bueno.
11 Entonces dijo: «Que la tierra produzca vegetales, hierbas que den semilla y árboles frutales, que den sobre la tierra frutos de su misma especie con su semilla adentro». Y así sucedió.
12 La tierra hizo brotar vegetales, hierba que da semilla según su especie y árboles que dan fruto de su misma especie con su semilla adentro. Y Dios vio que esto era bueno.
13 Así hubo una tarde y una mañana: este fue el tercer día.
14 Dios dijo: «Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el día de la noche; que ellos señalen las fiestas, los días y los años,
15 y que estén como lámparas en el firmamento del cielo para iluminar la tierra». Y así sucedió.
16 Dios hizo que dos grandes astros –el astro mayor para presidir el día y el menor para presidir la noche– y también hizo las estrellas.
17 Y los puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra,
18 para presidir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era bueno.
19 Así hubo una tarde y una mañana: este fue el cuarto día.
20 Dios dijo: «Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo».
21 Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno.
22 Entonces los bendijo, diciendo: «Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que las aves se multipliquen sobre la tierra».
23 Así hubo una tarde y una mañana: este fue el quinto día.
24 Dios dijo: «Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie». Y así sucedió.
25 Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases de ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios vio que esto era bueno.
26 Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo».
27 Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer.
28 Y los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra».
29 Y continuó diciendo: «Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento.
30 Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde». Y así sucedió.
31 Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el sexto día.
Se conservan unas 1.200 de las cartas que Darwin escribió a personas de todo el mundo. Sus corresponsales incluyeron científicos y pensadores destacados, como el geólogo Charles Lyell, el filósofo Herbert Spencer, el zoólogo Thomas Henry Huxley y Alfred Russel Wallace
. Sin embargo, el intercambio de cartas más interesante y numeroso (el 10%) fue con el botánico Joseph Dalton Hooker (1817-1911). Sus cartas permiten seguir el hilo de su trabajo científico desde 1843 hasta su muerte en 1882. Por ellas sabemos que Darwin fue consciente de la naturaleza revolucionaria de sus ideas. En un momento determinado se dio cuenta de que la evolución por selección natural explicaba la diversidad de especies, las relaciones entre ellas y las relaciones entre los individuos de cada especie. Se percató de que todas las piezas encajaban desde el punto de vista de la evolución por selección natural. Sin embargo, desde el principio, supo que era contradecir el Génesis bíblico, ya que la teoría de la evolución contradice lo que ahí se dice. El 11 de enero de 1844, 15 años antes de la publicación de "El origen de las especies", le escribió una
carta a su mejor amigo, el botánico Joseph Hooker:
"At last gleams of light have come, & I am almost convinced (quite contrary to opinion I started with) that species are not (it is like confessing a murder) immutable."
"Por fin vinieron los destellos de luz y estoy casi convencido (contrariamente a mi opinión inicial) que las especies no son (esto es como confesar un asesinato) inmutables."
Si las diferencias entre los individuos de una misma especie se consideraban imperfecciones inexplicables, Darwin vio en ellas la materia prima de la evolución a través de la selección natural. Son las diferencias existentes entre los individuos de una población las que hacen posible la generación de nuevas poblaciones diferenciadas, a veces hasta producir nuevas especies. Efectivamente, la evolución biológica mediante selección natural conseguía explicar todo lo que antes era un misterio solo explicable mediante la intervención divina. Bajo la luz de la nueva teoría, Dios dejaba de ser necesario para explicar la multiplicidad, variedad y complejidad de los seres vivos. Quedaba en evidencia la falsedad de su creación divina. "El origen de las especies" se publicó en el año 1859 y "El origen del hombre" de 1871. Sin un Dios creador y con un hombre descendiente de animales, Dios dejaba de ser necesario en la explicación de nuestro mundo. Además, la lógica dejaba al hombre sin alma o cualquier otro atributo misterioso e inmaterial ¿En qué momento y lugar exacto el simio se convirtió en hombre si la evolución biológica es un proceso gradual? Si los seres vivos no éramos el resultado de una intervención divina, Dios dejaba de ser necesario. Era como confesar su asesinato, en palabras de Darwin.
Charles Darwin en 1854, cuando tenía 45 años
"A partir de septiembre de 1854 me consagré totalmente a ordenar mi enorme montón de apuntes, a observar y a experimentar en relación con la transmutación de especies. Durante el viaje del Beagle había quedado profundamente impresionado cuando descubrí en las formaciones de las Pampas grandes animales fósiles cubiertos de corazas, como las de los actuales armadillos; en segundo lugar, por la manera en que animales estrechamente emparentados se sustituyen unos a otros conforme se va hacia el sur del continente; y en tercer lugar por el carácter sudamericano de la mayor parte de los productos de las Islas Galápagos, y más especialmente por la manera en que difieren ligeramente los de cada una de las islas del grupo sin que ninguna de ellas parezca muy vieja en sentido geológico."
Charles Darwin escribió este párrafo en el año 1876 en Recollections of the Development of my Mind and Character (Memorias del desarrollo de mi pensamiento y mi carácter), los recuerdos autobiográficos que escribió para sus hijos, sin intención alguna de que se publicaran jamás. Fue uno de sus hijos, Francis Darwin, quien lo publicó en 1887 como parte de la "The life and letters of Charles Darwin" cinco años después de la muerte de su padre. Como se trataba de una narración de carácter personal e íntimo, escrita para su esposa e hijos, su hijo omitió muchos pasajes. Más tarde se reeditó con el título de "Autobiografía", un breve relato escrito entre el 28 de mayo y el 3 de agosto de 1876, donde encontramos párrafos tan interesantes como el siguiente.
"Se ha dicho en ocasiones que el éxito del Origen demostró «que el tema estaba en el aire», o «que la mente de la gente estaba preparada para dicho tema». No creo que esto sea estrictamente cierto, pues a veces sondeé a no pocos naturalistas, y nunca di con uno solo que pareciera dudar de la permanencia de las especies. Ni siquiera Lyell y Hooker parecían estar de acuerdo, aunque me escucharon con interés. En una una o dos ocasiones intenté explicar a hombres capaces lo que entendía por selección natural pero fracasé notoriamente. Lo que creo que era absolutamente cierto es que innumerables hechos perfectamente observados estaban esperando en las mentes de los naturalistas, listos para ocupar su puesto tan pronto como se explicara suficientemente una teoría que los abarcara. Otro elemento en el éxito del libro fue su moderado volumen (502 páginas en su primera edición), y ello lo debo a la aparición del ensayo de Mr. Wallace (se refiere a "On the tendency of varietes to depart indefinitely from the original type"); si lo hubiera publicado a la escala en que comencé a escribirlo en 1856, el libro hubiera sido cuatro o cinco veces más grueso que el Origen, ya muy pocos hubieran tenido la paciencia de leerlo."
Estatua de Darwin en el Natural History Museum, Londres
Charles Darwin en su libro "El origen de las especies" escribió:
"Aunque en las islas oceánicas hay corto número de especies, la proporción de especies endémicas - es decir, aquellas que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo - es, con frecuencia, grandísima. Si comparamos, por ejemplo, el número de moluscos terrestres endémicos de la isla de Madeira, o de aves endémicas del archipiélago de los Galápagos, con el número de los que se encuentran en cualquier continente, y comparamos después el área de la isla con el del continente, veremos que esto es cierto. Teóricamente era de esperar este hecho, pues, como ya se explicó, las especies que llegan en ocasiones, tras largos intervalos de tiempo, a un distrito nuevo y aislado, al tener que competir con nuevos compañeros, han de estar sumamente sujetas a modificación, y a menudo producirán grupos de descendientes modificados. Pero en modo alguno se sigue de esto que, porque en una isla sean peculiares casi todas las especies de una clase, lo mismo sean las de otra clase o de otra sección de la misma clase, y está diferencia parece depender, en parte, de que las especies que no están modificadas han emigrado juntas, de manera que sus relaciones mutuas no se han perturbado mucho, y, en parte, de la frecuente llegada de inmigrantes no modificados procedentes del país de origen, con los cuales se han cruzado las formas insulares. Hay que tener presente que la descendencia de estos cruzamientos ganará seguramente en vigor, de suerte que hasta un cruzamiento accidental produciría más efecto del que pudiera esperarse. Daré algunos ejemplos ilustrativos de las observaciones precedentes. En las islas de los Galápagos hay veintiséis aves terrestres; de éstas, veintiuna - o quizá veintitrés - son peculiares, mientras que de las once aves marinas solamente lo son dos, y es evidente que las aves marinas pudieron llegar a estas islas con mucha mayor facilidad y frecuencia que las aves terrestres."
Charles Darwin en el año 1842, cuando tenía 33 años, con su primer hijo, Wiliam Erasmus
Como puede comprobarse con la lectura de los siguientes dos párrafos de "El origen de las especies", lo visto en las Islas Galápagos cuando era muy joven es parte fundamental en su teoría de la evolución.
"La misma ley que ha determinado el parentesco entre los habitantes de las islas y los de la tierra firme más próxima, se manifiesta a veces, en menor escala, pero de un modo interesantísimo, dentro de los límites de un mismo archipiélago. Así, cada una de las islas del archipiélago de los Galápagos está ocupada, y el hecho es maravilloso, por muchas especies distintas; pero estas especies están relacionadas entre sí de un modo mucho más estrecho que con los habitantes del continente americano, o con los de cualquier otra parte del mundo. Esto es lo que podía esperarse, pues islas situadas tan cerca unas de otras tenían que recibir casi necesariamente inmigrantes procedentes del mismo lugar de origen, y de unas y otras islas del archipiélago. Pero ¿por qué muchos de los inmigrantes se han modificado diferentemente, aunque sólo en pequeño grado, en islas situadas a la vista unas de otras y que tienen la misma naturaleza geológica, la misma altitud, clima, etc.? Durante mucho tiempo esto me pareció una gran dificultad; pero nace principalmente del error profundamente arraigado de considerar que las condiciones físicas de un país es lo más importante, cuando es indiscutible que la naturaleza de las demás especies con las que cada una tiene que competir es un elemento de éxito por lo menos tan importante, y generalmente muchísimo más importante. Ahora bien, si consideramos las especies que viven en el archipiélago de los Galápagos, y que se encuentran asimismo en otras partes del mundo, vemos que difieren considerablemente en las diversas islas. Esta diferencia pudiera realmente haberse esperado si las islas hubiesen sido pobladas por medios ocasionales de transporte: por ejemplo, una semilla de otra planta a otra isla, aunque todas procediese de la misma fuente general. Por consiguiente, cuando en los tiempos primitivos un emigrante arribó por vez primera a una de las islas, o cuando después se propagó de una a otra, estaría sometido indudablemente a condiciones físicas diferentes en las distintas islas, pues tendría que competir con un conjunto diferente de organismos; una planta, por ejemplo, encontraría el suelo más apropiado para ella ocupado por especies algo diferentes en las diversas islas, y estaría expuesta a los ataques de enemigos algo diferentes. Si entonces varió, la selección natural favorecería probablemente a variedades diferentes islas. Algunas especies, sin embargo, se propagarían, y, no obstante, conservarían los mismos caracteres en todo el grupo de islas, de igual modo que vemos algunas especies que se extienden ampliamente por todo un continente y siguen manteniéndose las mismas.
Fig. 1.ª- Aves de las Islas de los Galápagos.
1. Geospiza magnirostris.- 2. Geospiza fortis.- 3. Geospiza parvula.- 4. Certhidea olivacea
El hecho realmente sorprendente en este caso del archipiélago de los Galápagos, y en menor grado en algunos casos análogos, es que cada nueva especie, después de haberse formado en una isla cualquiera, no se propagó rápidamente a las demás del archipiélago. Pero las islas, aunque se hallen a la vista unas de otras, están separadas por profundos brazos de mar, en la mayoría de los casos más anchos que en el canal de la Mancha, y no hay ninguna razón para suponer que las islas hayan estado unidas en algún período anterior. Las corrientes marinas son rápidas y barren entre las islas, y las tormentas de viento son extraordinariamente raras; de modo que, de hecho, las islas están mucho más separadas entre sí de lo que aparecen en el mapa. Sin embargo, algunas de las especies -tanto de las que se encuentran en otras partes del mundo como de las que están confinadas en el archipiélago- son comunes a las diversas islas, y de su modo de distribución actual podemos inferir que se han propagado de una isla a las demás. Pero creo que a menudo nos formamos una opinión errónea de la probabilidad de que especies muy afines se invadan mutuamente su territorio, al hallarse en libre intercomunicación. Indudablemente, si una especie tiene cualquier ventaja sobre otra, en brevísimo tiempo la suplantará total o parcialmente; pero si ambas se hallan igualmente adaptadas para sus propias localidades, probablemente conservarán ambas sus puestos separados durante tiempo casi ilimitado. Estando familiarizados con el hecho de que muchas especies, naturalizadas por la mano del hombre, se han propagado con asombrosa rapidez por áreas extensas, nos inclinamos a pensar que la mayor parte de las especies que se naturalizan en nuevos países no son generalmente muy afines de los habitantes, sino formas muy distintas que, en una proporción grande de casos, pertenecen -como ha demostrado Alph. de Candolle- a géneros distintos. En el archipiélago de los Galápagos, incluso muchas aves, aunque están bien adaptadas para volar de isla a isla, difieren en las diversas islas; así, hay tres especies muy afines de sinsonte, cada una de ellas confinada a su propia isla. Ahora bien, supongamos que el sinsonte de la isla de San Cristóbal es arrastrado por el viento isla de Floreana, que tiene su sinsonte propio: ¿por qué habría de conseguir establecerse allí? Seguramente podemos deducir que la isla de Floreana está bien poblada por su propia especie, pues anualmente se ponen más huevos y se empollan más pajarillos de los que posiblemente se puedan criar, y podemos sacar la consecuencia de que el sinsonte peculiar a la isla de Floreana está por lo menos tan bien adaptado a su patria como la especie peculiar a la isla de San Cristóbal. Sir C. Lyell y Mr. Wollaston me han comunicado un hecho notable en relación con este asunto, y es que la isla de Madeira y el islote adyacente de Porto Santo poseen muchas especies distintas, pero representativas, de moluscos terrestres, algunos de los cuales viven en las grietas de las piedras; y a pesar de que anualmente son transportadas grandes cantidades de piedra desde Porto Santo a Madeira, sin embargo, esta última isla no ha llegado a ser colonizada por las especies de Porto Santo; no obstante, ambas islas han sido colonizadas por moluscos terrestres europeos, que indudablemente tenían alguna ventaja sobre las especies indígenas. Por estas consideraciones creo que no hemos de maravillarnos mucho porque las especies endémicas que viven en las diversas islas del archipiélago de los Galápagos no se hayan difundido todas de isla en isla. También en un mismo continente, la ocupación previa ha representado probablemente un papel importante para impedir la mezcla de las especies que viven en distintas regiones que tienen casi las mismas condiciones físicas. Así, los extremos sudeste y sudoeste de Australia tienen casi las mismas condiciones físicas y están unidos por tierra sin solución de continuidad, y sin embargo están habitados por un vasto número de mamíferos, aves y plantas diferentes; lo mismo ocurre, según Mr. Bates, con las mariposas y otros animales que viven en el amplio, abierto y continuo valle del Amazonas."
Tras ver esta fotografía recién hecha, el 27 de mayo de 1855 Charles Darwin escribió una carta a su mejor amigo, Joseph Hooker donde le dijo: "if I really have as bad an expression, as my photograph gives me, how I can have one single friend is surprising" (si realmente tengo una expresión tan mala, como me da mi fotografía, es sorprendente cómo puedo tener un solo amigo". En otro párrafo de "El origen de las especies" escribió sobre las Galápagos con una referencia implícita al Génesis bíblico.
"De las relaciones entre los habitantes de las islas y los de la tierra firme más próxima. - El hecho más sorprendente e importante para nosotros es la afinidad que existe entre las especies que viven en las islas y las de la tierra firme más próxima, sin que sean realmente las mismas. Podrían citarse numerosos ejemplos. El archipiélago de las Galápagos, situado debajo del ecuador, se haya de novecientos a mil kilómetros de distancia de las costas de América del Sur. Casi todas las producciones terrestres y acuáticas llevan allí el sello inconfundible del continente americano. Hay veintiséis aves terrestres, de las cuales veintiuna, o acaso veintitrés, se clasifican como especies distintas, y se admitiría comúnmente que han sido creadas allí; sin embargo, la gran afinidad de la mayoría de estas aves con especies americanas se manifiesta en todos los caracteres, en sus costumbres, gestos y timbre de voz. Lo mismo ocurre con los demás animales y con una gran proporción de plantas, como ha demostrado Hooker en su admirable trabajo sobre la flora de archipiélago. El naturalista, al contemplar a los habitantes de estas islas volcánicas del Pacífico, distantes del continente varios centenares de kilómetros, tiene la sensación de que se encuentra en tierra americana. ¿Por qué ha de ser así? ¿Por qué las especies que se supone que han sido creadas en el archipiélago de los Galápagos, y no en ninguna otra parte más, han de llevar tan visible el sello de su afinidad con las creadas en América? No hay nada en las condiciones de vida, ni en la naturaleza geológica de las islas, ni en su altitud o clima, ni en las proporciones en que están asociadas mutuamente las diferentes clases, que se asemeja mucho a las condiciones de la costa de América del Sur; en realidad, hay una considerable desemejanza en todos los respectos. Por el contrario, existe una gran semejanza en la naturaleza volcánica del suelo, en el clima, altitud y tamaño de las islas, entre el archipiélago de los Galápagos y el de Cabo Verde; pero, ¡qué diferencia tan absoluta y completa entre sus habitantes! Los habitantes de las islas de Cabo Verde están relacionados con los de África, lo mismo que los de las islas de los Galápagos lo están con los de América. Hechos como éstos no admiten explicación de ninguna clase en la opinión corriente de las creaciones independientes; mientras que, según la opinión que aquí se defiende, es obvio que las islas de los Galápagos estarán en buenas condiciones para recibir colonos de América, ya por medios ocasionales de transporte, ya - aunque no creo en esta teoría - por haber estado antiguamente unidas al continente, así como las de Cabo Verde lo estarán para recibir los de África; estos colonos estarían sujetos a modificación, delatando todavía el principio de la herencia su cuna primitiva."
Charles Darwin en 1881, un año antes de su muerte
Como se sabía y pudo comprobar Charles Darwin en sus experimentos, las plantas generan híbridos con gran facilidad. Hoy sabemos que muchas de las especies de plantas son alopoliploides, híbridos con más de dos copias de cromosomas, ya que no tienen los problemas que tiene los animales durante la meiosis. Darwin en "El origen de las especies" escribió:
"Por lo que se refiere a los animales, se han hecho muchos menos experimentos cuidadosamente que con las plantas. Si se puede confiar en nuestros ordenamientos sistemáticos - es decir, si los géneros de los animales son tan distintos entre sí como lo son los géneros de las plantas -, entonces podemos deducir que los animales más distantes en la escala de la naturaleza se cruzan con más facilidad que en el caso de las plantas; pero los híbridos mismos son, a mi parecer, más estériles. Sin embargo, hay que tener presente que, debido al escaso número de animales que se procrean ilimitadamente en cautividad, se han intentado pocos experimentos en las condiciones convenientes...Además, por lo que se refiere a la fecundidad en generaciones sucesivas de los animales híbridos más fértiles, apenas sé de ningún caso en el que dos familias de un mismo híbrido se hayan criado al mismo tiempo procedentes de padres distintos, a fin de evitar los efectos perniciosos de un entrecruzamiento consanguíneo. Por el contrario, ordinariamente se han cruzado hermanos y hermanas en cada una de las generaciones sucesivas en oposición a la advertencia constantemente repetida por todo criador. Y, en este caso, no es nada sorprendente que la esterilidad inherente a los híbridos haya ido en aumento."
"Aunque apenas sé de casos verdaderamente bien comprobados de animales híbridos perfectamente fecundos, tengo motivos para creer que los híbridos de Cervulus vaginalis y Reevesii, y de Phasianus colchicus con Ph. torquatus son perfectamente fecundos."
Hoy sabemos que en los animales la especiación por hibridación homoploide (cuando no se altera el número de cromosomas) es rara porque suele presentar alteraciones en la distribución de los cromosomas durante la meiosis. Además, aunque la hibridación pueda ser común, no es tan fácil que el híbrido sea viable y fértil y a su vez pueda desarrollar aislamiento reproductivo con sus especies parentales. Sin embargo, hay casos en los que se produce con éxito. En Europa tenemos el caso del Gorrión italiano (
Passer italiae), un híbrido entre el Gorrión común (
Passer domesticus) y el Gorrión moruno (
Passer hispaniolensis). En enero de 2018 publicaron en la revista
Science el artículo "
Rapid hybrid speciation in Darwin´s finches", para el que varios expertos de la universidad sueca de Uppsala analizaron el ADN de las muestras tomadas por
el matrimonio Peter. R. Grant y B. Rosemary Grant, del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la universidad estadounidense de Princeton, que estudian los pinzones de Darwin desde hace cuatro décadas. Fue en el año 1981 cuando detectaron un macho inmaduro distinto en la isla Daphne Mayor. Consiguieron capturarlo y tomarle una muestra de sangre. El análisis de su ADN permitió saber que se trataba de un Pinzón de Darwin conirostro (
Geospiza conirostris), una especie endémica de la isla Española. Los Grant comprobaron que se reprodujo con éxito con una hembra de Pinzón de Darwin picomediano (
Geospiza fortis) y desde entonces fueron capturando y tomando muestras de sangre de los parentales y sus crías.
El resumen del citado artículo dice: "La especiación híbrida homoploide en animales se ha inferido frecuentemente de patrones de variación, pero pocos ejemplos han resistido el análisis crítico. Aquí informamos de un ejemplo documentado, desde su origen hasta el aislamiento reproductivo. Un pinzón de Darwin inmigrante en la isla Daphne Mayor del archipiélago de Galápagos inició un nuevo linaje genético al reproducirse con un pinzón local (Geospiza fortis). La secuenciación del genoma del inmigrante lo identificó como un macho de G. conirostris procedente de la isla Española, a más de 100 kilómetros de Daphne Mayor. Desde la segunda generación en adelante, el linaje se reprodujo endogámicamente y, a pesar de la endogamia intensa, fue ecológicamente exitoso y mostró una clara diferenciación en la morfología del pico. Este ejemplo muestra que el aislamiento reproductivo, que generalmente se desarrolla en cientos de generaciones, se puede establecer en solo tres."
Hace uno o dos millones de años llegó desde el continente a las Islas Galápagos el ancestro de las actualmente reconocidas 18 especies de pinzones de Darwin. Desde entonces, se han diversificado y los cambios en la forma y el tamaño del pico han permitido que utilicen distintas fuentes de alimentos, como insectos, semillas, néctar de flores de cactus, e incluso la sangre de iguanas, todos impulsados por la selección natural.
Los descendientes también se aislaron reproductivamente debido a que sus cantos, empleados para atraer a potenciales parejas, eran inusuales y no lograron conquistar a las hembras de las especies residentes. La descendencia se diferenció en el tamaño y la forma del pico, lo cual es una señal importante para la elección de sus parejas. Como resultado, los descendientes se aparearon con miembros de su propio linaje, al que los investigadores llamaron «Big Bird», fortaleciendo el desarrollo de la nueva especie. Los Grant ya en el año 2002 publicaron en la revista
Science el artículo "
Unpredictable evolution in a 30-year stdy of Darwin´s finches", que traducido es "Evolución impredecible en un estudio de 30 años de los pinzones de Darwin". La traducción de su resumen resulta muy interesante:
"La evolución puede predecirse a corto plazo a partir del conocimiento de cómo se produce la selección y la herencia. Sin embargo, a largo plazo la evolución es impredecible porque los entornos, que determinan las direcciones y las magnitudes de los coeficientes de selección, fluctúan de manera impredecible. Estas dos características de la evolución, la predecible y la impredecible, se demuestran en un estudio de dos poblaciones de pinzones de Darwin en la isla Galápagos de Daphne Mayor. De 1972 a 2001, Geospiza fortis y Geospiza scandens cambiaron varias veces en tamaño corporal y en dos rasgos del pico. La selección natural ocurrió con frecuencia en ambas especies y varió de unidireccional a oscilante, de episódica a gradual. La hibridación se produjo repetidamente, aunque raramente, lo que originó variaciones fenotípicas elevadas en G. scandens y un cambio en la forma del pico. Las características fenotípicas de ambas especies al final del estudio de 30 años no pudieron haberse predicho al principio. Se necesitan estudios continuos a largo plazo para detectar e interpretar eventos raros pero importantes y cambios evolutivos no uniformes."
Peter. R. Grant y B. Rosemary Grant
También los Grant publicaron en 2016 en la revista
Biological Journal of the Linnean Society el artículo "
Introgressive hybridization and natural selection in Darwin´s finches", que traducido es "Intrigante hibridación y selección natural en los pinzones de Darwin" y cuyo resumen dice:
"La hibridación introgresiva, es decir, la hibridación con retrocruzamiento, puede conducir a la fusión de dos especies, pero también puede conducir a la evolución de una nueva trayectoria a través de una mejora de la variación genética en un entorno ecológico nuevo o modificado. En la isla Daphne Mayor en el archipiélago de Galápagos, ~1–2% de los pinzones de Geospiza fortis se reproducen con los residentes G. scandens y con la rara especie inmigrante G. fuliginosa en cada temporada de reproducción. Investigaciones anteriores han demostrado la convergencia morfológica de G. fortis y G. scandens durante un período de 30 años como resultado de la introgresión bidireccional. Aquí examinamos el papel de la hibridación con G. fuliginosa en la trayectoria evolutiva de G. fortis. Geospiza fuliginosa (~12 g) es más pequeña y tiene un pico más puntiagudo que G. fortis (~17 g). La variación genética de la población de G. fortis aumentó al recibir genes con mayor frecuencia de G. fuliginosa que de G. scandens (~21 g). Una sequía severa en 2003-2005 provocó una mortalidad intensa y selectiva de G. fortis con grandes picos, y se volvió casi morfológicamente indistinguible de G. fuliginosa. Esto fue seguido por la hibridación continua, una disminución adicional en el tamaño máximo y una posible fusión morfológica de las dos especies en condiciones completamente naturales."
Dibujo publicado en la revista satírica The Hornet el 22 de marzo de 1871, en el año de la publicación de "El origen del Hombre"
Siete meses después de la publicación de "El origen de las especies" y once años antes de que Charles Darwin publicara "El origen del hombre", el 30 de junio de 1860, se produjo el famoso "Debate de Oxford" en su Museo Universitario de Historia Natural, donde se enfrentaron los contrarios y los defensores de la teoría de la evolución. Entre los contrarios se encontraba el obispo de la ciudad, Samuel Wilberforce, que, olvidando que la teoría contradecía la literalidad del Génesis bíblico, prestó especial importancia al hecho de que también el ser humano quedaba dentro de la teoría, negándole un origen divino y haciéndole un animal con ancestros similares a los actuales simios. Y entre los defensores, el "bulldog de Darwin", Thomas Henry Huxley. No existe una transcripción literal del debate, por lo que no hay seguridad sobre lo que realmente se dijeron. Al parecer, el obispo de Oxford le preguntó a Huxley si descendía de los simios por parte de madre o por parte de padre. Al parecer, Huxley le respondió que él no estaría avergonzado de tener a un simio como ancestro, pero sí se avergonzaría de estar emparentado con un hombre como el Obispo, que hacía un uso tan mezquino de sus maravillosas dotes de ponente para intentar silenciar, mediante un ejercicio de autoridad, el avance del conocimiento. Según uno de los testigos, la pregunta que Wilberforce hizo a Huxley pudo haber sido: “si en el inestable estado de la ley en desarrollo establecida por Darwin, ¿puede alguien estar tan enamorado de esta llamada ley, o hipótesis, como para sentirse jubiloso de que su tatarabuelo hubiese sido un mono o un gorila?" y otro testigo dijo que respondió: “me importa más bien poco si mi abuelo pudiera ser un simio o no”.
En la actualidad la iglesia Católica y gran parte de las iglesias protestantes han renunciado a creer en la literalidad del Génesis bíblico y aceptan la teoría de la evolución. Es sobre todo en EEUU donde diversas iglesias cristianas no la aceptan y siguen creyendo que es cierto el relato de la creación del Génesis. En lo personal, recuerdo que mientras estuve estudiando la licenciatura de biología entre finales de la década de 1980 y principios de la de 1990 la pregunta que más veces me hicieron jóvenes de mi edad era si de verdad creía que veníamos del mono. En fin, que la teoría de la evolución le sigue quedando grande a mucha gente 150 años después de que Charles Darwin la formulara.
Carta de Charles Darwin
Cuando tenía 71 años, Darwin escribió esta carta para responder a un joven abogado, Francis McDermott, quien le preguntó si creía en el Nuevo Testamento y le pidió que respondiera con un sí o un no, a la vez que prometió no hacer pública su respuesta. Se subastó en Nueva York el 21 de septiembre de 2015 y se vendió por 197.000 dólares estadounidenses. Como recordaba la casa de subastas en un comunicado, Charles Darwin (1809-1882) estudió teología en Cambridge y fue uno de sus profesores, John Henslow, quien le impulsó a tomar el largo viaje del que surgió "El origen de las especies". Siempre se mostró remiso a hablar públicamente de religión. Por ello, es excepcional esta carta que dirigió a McDermott. No fue hecha pública hasta un siglo después de que se la enviara Darwin.
Nov. 24 1880
Dear Sir,
I am sorry to have to
inform you that I do
not believe in the Bible
as a divine revelation
& therefore not in Jesus
Christ as the son of God.
Yours faithfully
Ch. Darwin"
"Privado
24 de noviembre de 1880
Estimado señor,
Lamento tener que
informarle que no
creo en la Biblia
como una revelación divina
y, por lo tanto, no en Jesucristo
como el hijo de Dios.
Atentamente
Ch. Darwin "
Cuando Alfred Russel Wallace (1823-1913) le envió a Darwin una carta en 1858 que describía una teoría casi idéntica a la suya, fueron Joseph Hooker y Charles Lyell quienes hicieron posible la publicación simultánea de los textos de ambos hombres. A partir del momento que recibió la carta de Wallace, Darwin comenzó la redacción del manuscrito de "El origen de las especies" que le iba enviando por partes a Hooker para que lo leyera y comentase.
Caricatura de Darwin en la etiqueta del "Anís del Mono"
Como explica Diego Núñez en su artículo "
El darwinismo en España: un test significativo de nuestra situación cultural" en España "El origen de las especies" sufrió la censura en los años posteriores a su publicación. Más tarde, el 23 de diciembre de 1936 el Decreto sobre Publicaciones incluyó las obras de Darwin en la categoría de "literatura socialista, comunista, libertaria y, en general, disolvente". La cámara oficial del Libro, en Barcelona, incluyó "El origen de las especies" en una circular sobre "Obras prohibidas". La prohibición se mantuvo para toda su obra hasta 1950, excepto en el caso de "El viaje de un naturalista", que consiguió una autorización y fue publicada en 1940. La censura franquista, profundamente influida por la Iglesia católica, se ocupó de impedir cualquier idea que pusiera en duda la creación divina del ser humano, de lo que quedó fiel reflejo incluso en los libros escolares. 112 años después de la publicación de "El origen de las especies", en el año 1971, el reverendo Santos Beguiristáin Eguilaz, asesor religioso del Ministerio de Información y Turismo, en relación con la teoría de la evolución, censuró el programa televisivo
Planeta Azul, dirigido por Félix Rodríguez de la Fuente, según explica Carlos Acosta en su artículo "
La teoría de la evolución y la censura en TVE. Entre el fijismo, el finalismo ¿y el neodarwinismo?". Santos Beguiristáin fue nombrado asesor religioso del citado ministerio en 1970. Se crió en el pueblo de Lecároz, en el Baztán navarro. Durante la Guerra Civil era el sacerdote carlista de Azagra, un pequeño pueblo de la ribera navarra donde fusilaron a 71 personas. Entre sus frases célebres destaca: "Ahora ha llegado la ocasión de seleccionar la paja a un lado y el trigo al otro...Y a los escapados, estén donde estén, los hemos de encontrar para hacer justicia". Luego dirigió Acción Católica en Navarra y organizó la Javierada, una peregrinación anual a Javier (Navarra), surgida tras la Guerra Civil y promovida por los excombatientes carlistas.
A continuación, incluyo las primeras páginas del libro que tuvo la maestra de mis padres en la escuela donde estudiaron en las décadas de 1940 y 1950. Se titula "Naturaleza" y se publicó 87 años después que "El origen de las especies".
Portada
Publicado en 1946, "Con censura eclesiástica. Aprobada por la autoridad".
"El gran palacio de la Creación, donde tantas maravillas y riquezas ha puesto la Providencia,..."
"Todo el admirable conjunto de la Creación,..., cautivan el corazón, suspenden el ánimo, embelesan el espíritu y nos llevan, como de la mano, a la adoración extática de un Ser Supremo, ordenador sapientísimo y conservador omnipotente de todo este Universo...porque en el gran poema dinámico de la Creación, suprema obra de magia, hecha por la voluntad poderosísima de un Artífice soberano..."
"...y el alarde verdaderamente prodigioso de cosas, de seres y de fenómenos, en suma, responde a un concierto universal, cuyo lenguaje es el himno inenarrable de alabanzas que la madre Naturaleza eleva constantemente hacia el trono augusto de un Dios creador..."
Charles Darwin en su última fotografía, tomada en 1981 por Herbert Rose Barraud
Lápida de Charles Robert Darwin en la abadía de Westminster, Londres