La revista Biological Conservation en el volumen 219, de mazo de 2018, publicará el artículo "Invisible barriers: Differential sanitary regulations constrain vulture movements across country borders", que traducido sería "Barreras invisibles: diferentes políticas sanitarias restringen el movimiento de los buitres a través de fronteras nacionales", de Eneko Arrondo, Marcos Moleón, Ainara Cortés-Avizanda, José Jiménez, Pedro Beja, José A. Sánchez-Zapata y José A. Donázar. Su resumen traducido es el siguiente: "Es bien sabido que las fronteras políticas pueden convertirse en barreras ecológicas. Sin embargo, no es esperable que este fenómeno ocurra dentro de regiones como la Unión Europea, donde los países miembros deben atenerse a regulaciones comunes. En este trabajo constatamos como las fronteras pueden existir incluso para las grandes aves carroñeras, de especies con grandes capacidades de movimiento y en teoría más insensibles a los límites administrativos. En dicho trabajo, y gracias al seguimiento GPS de 60 individuos de buitre leonado (Gyps fulvus) y 11 de buitre negro (Aegypius monachus), se observó cómo la frontera entre España y Portugal, actúa como una barrera casi impermeable para las dos principales aves carroñeras ibéricas. Ambas especies evitan adentrarse en territorio portugués por razones que no corresponden con el uso del suelo, la topografía o la densidad de ganado a ambos lados de la frontera. Por tanto la explicación ha dicho fenómeno debe ser únicamente de tipo humano: España ha vuelto a permitir el abandono de animales muertos en el campo después de que fuese prohibido a raíz de la enfermedad de las “vacas locas”. Portugal, sin embargo, sigue manteniendo la obligatoriedad de enterrar o incinerar los cadáveres animales. En la práctica, esto se traduce en que el territorio portugués no ofrece recursos tróficos a las aves carroñeras que en consecuencia evitan, campear en aquel país. Nuestros resultados deben servir como llamada de atención para los políticos y gestores medioambientales. La flexibilidad que permiten las disposiciones de la Comisión Europea a los estados miembros puede tener impactos impredecibles sobre la biodiversidad debido a interpretaciones desiguales de una misma normativa".
Mostrando entradas con la etiqueta Buitre leonado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Buitre leonado. Mostrar todas las entradas
14 de enero de 2018
13 de junio de 2016
Ventajas e inconvenientes de las estaciones de alimentación suplementaria para buitres

Ainara Cortés-Avizanda, Guillermo Blanco, Tracis L. DeVault, Anil Markandya, Munir Z. Virani, Joseph Brant y José A. Donázar han publicado en mayo de 2016 en la revista Frontiers in Ecology and the Environment la revisión "Supplementary feeding and endangered avian scavengers: Benefits, caveats, and controversies", que traducido al castellano es "Alimentación suplementaria y aves carroñeras amenazadas: beneficios, precauciones y controversias". Una traducción libre de su resumen es el siguiente: "Las grandes aves carroñeras están entre los vertebrados más vulnerables, y muchas de sus poblaciones han disminuido considerablemente en las últimas décadas. Para ayudar a mitigar esta marcada reducción en su abundancia, se han creado en todo el mundo estaciones de alimentación suplementaria (coloquialmente denominados "restaurantes de buitres"), a menudo sin tener en cuenta la evidencia científica que apoya la idoneidad de la práctica. Las estaciones de alimentación suplementaria han demostrado ser herramientas eficaces e importantes para la conservación y reintroducción de aves carroñeras. Sin embargo, pueden producir consecuencias negativas por la formación de grandes concentraciones de aves, perturbando las relaciones entre las aves carroñeras y provocando disminuciones densodependientes en su productividad reproductora. A nivel de comunidad, las estaciones de alimentación suplementaria favorecen la congregación de los predadores (carroñeros facultativos), provocando el aumento del riesgo de predación de vertebrados de pequeño y mediano tamaño en las proximidades de las estaciones de alimentación suplementaria. Estas estaciones de alimentación suplementaria también pueden afectar a los procesos de selección natural, e incluso generar poblaciones mal adaptadas a su entorno natural. También examinamos los escenarios futuros para aves carroñeras en relación con los servicios al ecosistema, a los cambios en las economías agro-pastorales y en los usos del suelo, y por último en los paisajes renaturalizados donde las estaciones de alimentación suplementaria juegan un papel controvertido".

Los autores concluyen que "Desde que empezaron a usarse estaciones de alimentación suplementaria por primera vez hace más de medio siglo, la alimentación suplementaria de buitres y otros carroñeros amenazados ha sido ampliamente aceptada como una herramienta de gestión eficaz entre los conservacionistas y gestores. Desde una perspectiva ecológica, las estaciones de alimentación suplementaria donde se deposita gran cantidad de carroña representan una importante modificación de la distribución natural de los recursos, pudiendo llegar a influir al ecosistema, lo que podría afectar a la vegetación y a los componentes abióticos como nutrientes del suelo y agua".

En el corto y medio plazo, la conservación de los buitres y otras aves carroñeras requiere el equilibrio entre estos factores:
- Recuperación de los ungulados silvestres en las zonas rurales.
- Mantenimiento de las prácticas agro-pastorales tradicionales saludables (cuando sea económica y socialmente viable).
- Alcance de la educación pública, especialmente en los países en desarrollo.
- Modificación de las leyes:
- Reglamentos sanitarios.
- Prohibición de municiones de plomo.
- Eliminación de cadáveres de ganado medicado.
15 de septiembre de 2012
Buitre leonado, animal sagrado de los celtas
Los celtas, además de la incineración, como rito funerario practicaron la exposición de cadáveres en el caso de los guerreros muertos en el campo de batalla. Los celtas y los celtíberos seguían el rito de la exposición de cadáveres, lo que despertó gran interés por parte de griegos y romanos en los tres primeros siglos de nuestra Era. Silio Itálico escribió en su obra Púnicas, 3:340-343, referido a los mercenarios celtíberos del ejército de Aníbal: "Los celtíberos consideran un honor morir en el combate, y un crimen quemar el cadáver del guerrero así muerto; pues creen que su alma remonta a los dioses del cielo, al devorar el cuerpo yacente el buitre". Claudio Eliano en De Natura Animalium, X:22, refiriéndose a un pueblo celta vecino de los cántabros, escribió: "Los vacceos, pueblo de Occidente, a los que han perdido la vida en el combate, los consideran nobles, valientes y dotados de valor y, en consecuencia, los entregan a los buitres porque creen que estos son animales sagrados". Es interesante al respecto el artículo "Claudio Eliano y el funeral descarnatorio en Celtiberia", publicado en el volumen 2 de Palaeohispanica.
La estela de Zurita se conoce desde al menos el siglo XVII, mientras que la mayoría de las estelas cántabras se descubrieron durante el siglo XX. La de Zurita estuvo sobre la colina del mismo nombre, junto a la fortaleza de la Rueda, en el Valle de Piélagos. Se conocía en el siglo XVII como "Rueda dezevallos" y a comienzos del siglo XIX seguía llamándose "Rueda de Ceballos". En esta fotografía se ve una recreación del reverso de la estela de Zurita.
La estela de Zurita se conoce desde al menos el siglo XVII, mientras que la mayoría de las estelas cántabras se descubrieron durante el siglo XX. La de Zurita estuvo sobre la colina del mismo nombre, junto a la fortaleza de la Rueda, en el Valle de Piélagos. Se conocía en el siglo XVII como "Rueda dezevallos" y a comienzos del siglo XIX seguía llamándose "Rueda de Ceballos". En esta fotografía se ve una recreación del reverso de la estela de Zurita.
Las estelas cántabras debieron tener dos funciones: funeraria del difunto y de culto a las divinidades astrales del Sol y la Luna. En el anverso aparecen cuatro lunas crecientes, como en el anverso de la estela de Barros, cuya imagen aparece en el escudo de Cantabria. En la parte inferior del reverso se representa un guerrero cántabro caído junto a su escudo, mientras un buitre lo picotea. La original se encuentra bastante deteriorada. Los cántabros, al igual que otras tribus celtas, siguieron el funeral descarnatorio mediante la exposición de los cadáveres de los guerreros muertos en el campo de batalla en la lucha contra los romanos. En esta fotografía, el reverso de la estela de Zurita, bastante deteriorada, fotografiada el 5 de julio de 2013 en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)