6 de marzo de 2015

Recuperación de los grandes carnívoros en Europa

En diciembre de 2014 en la revista Science se publicó "Recovery of large carnivores in Europe´s modern human-dominated landscapes", que puede traducirse como "Recuperación de los grandes carnívoros en los paisajes humanizados de la moderna Europa". Sus autores son 76 especialistas del Oso pardo, el Lince euroasiático, el Lobo y el Glotón. Su resumen puede traducirse así: "La conservación de los grandes carnívoros es un reto formidable para la conservación de la biodiversidad. El uso de un conjunto de datos sobre el pasado y el estado actual de osos pardos (Ursus arctos), linces euroasiáticos (Lynx lynx), lobos grises (Canis lupus) y glotones (Gulo gulo) en los países de Europa, nos muestran que aproximadamente un tercio de Europa continental alberga al menos una especie de gran carnívoro, con abundancia estable o en aumento en la mayoría de los casos en los registros del siglo XXI. Las razones de este éxito de conservación general incluyen la legislación protectora, el apoyo de la opinión pública, y una variedad de prácticas que hacen posible la coexistencia entre los grandes carnívoros y las personas. La situación europea revela que los grandes carnívoros y las personas pueden compartir el mismo paisaje." Sorprende que ni se mencione al Lince ibérico (Lynx pardinus). Más cuando se sabe que el Lince euroasiático es un recién llegado a Europa desde Asia en el periodo interglaciar comprendido entre las dos últimas glaciaciones, mientras que el Lince ibérico ha evolucionado en Europa a partir de Lynx issiodorensis y, más tarde, Lynx spelaeus. El Lince ibérico en la actualidad es endémico de sur de la Península Ibérica. La diferenciación de especies del género Lynx, basada únicamente en el análisis morfológico de rasgos esqueléticos, es una tarea difícil y potencialmente puede conducir a errores de identificación. Con el fin de verificar si el Lince ibérico tenía una distribución geográfica más amplia en el pasado, Ricardo Rodríguez-Varela, Antonio Tagliacozzo, Irene Ureña, Nuria García, Evelyne Crégut-Bonnoure, Marcello A. Mannino, Juan Luis Arsuaga y Cristina Valdiosera para el artículo "Ancient DNA evidence of Iberian lynx palaeoendemism", publicado en la revista Quaternary Science Reviews en el año 2015, estudiaron dos secuencias del genoma de los huesos y dientes de linces procedentes de España, Francia e Italia desde el Pleistoceno tardío hasta la actualidad. Así comprobaron que el Lince ibérico estuvo distribuido por el sur de Europa. También encontraron que restos identificados previamente como Lynx lynx y Lynx cf. spelaea mediante análisis morfométrico, resultaron ser finalmente de Lynx pardinus tras su análisis genético.
Como puede comprobarse, el Lince euroasiático estaría ausente de los Pirineos.
En los Alpes vivió el Lince euroasiático, pero tras su extinción, fue reintroducido. Los linces alpinos han sido descritos como Lynx lynx alpina, sin validez nomenclatural, ya que falta la obligada descripción y el ejemplar tipo. Sin embargo, tras un estudio de 26 ejemplares conservados en museos y colecciones de ejemplares procedentes de 5 países alpinos, se sabe que eran los más pequeños de Europa y que tenían una coloración uniforme, sin motas. Los introducidos, procedentes de los Cárpatos, son más grandes y moteados.
Del citado artículo destaca el siguiente fragmento sobre el Lobo: "La mayoría de las poblaciones se han incrementado o han permanecido estables durante los últimos años, aunque la población de Sierra Morena (España) está al borde la extinción, con solo una manada detectada en 2010. En los últimos años, la gran población ibérica tiene una tendencia incierta, aunque parece estable".
Su área de distribución actual es mucho mayor que la que tenía en el período 1950-1970, cuando llegaron a exterminarlo en Noruega, Suecia, Finlandia, Letonia, República Checa, Hungría, Alemania, Suiza, Austria y Francia.
Con 12.000 ejemplares, su población es mayor que la de Lince euroasiático y menor que la de Oso pardo.
Con la excepción de los países escandinavos, el Oso Pardo se distribuye principalmente por las principales cordilleras: Cárpatos, Balcanes, Alpes, Apeninos, Pirineos y Cordillera Cantábrica. Sin embargo, vivió en las llanuras europeas hasta tiempos históricos. 
Algunas grandes poblaciones como las de Rumania, Suecia y Finlandia se han quintuplicado en 50 años y ninguna ha disminuido, excepto la de los Pirineos, perseguida hasta su extinción por los daños a la ganadería y la caza.
Aunque en la tabla no se indica, los osos de Pirineos son originarios de Eslovenia, ya que los autóctonos se extinguieron en el año 2010. Según el Fonds d´Intervention Eco-Pastoral (FIEP), en el año 1999 quedaban 6 osos autóctonos en los Pirineos:
  • Cannelle, la última osa autóctona, nacida hacia 1990 y abatida por un cazador el 1 de noviembre de 2004 durante una batida de jabalí, quedando vivo su cría Canelito, hijo de Nere, un oso esloveno introducido.
  • Papillon, gran macho nacido hacia 1975 y muerto con 28-29 años de edad el 25 de julio de 2004.
  • Camille, macho nacido hacia 1983, que mató bastantes ovejas en el Roncal y Ansó, fue el último oso autóctono de los Pirineos, donde se vieron sus huellas en el mes de febrero de 2010 por última vez.
  • Pyren, macho nacido hacia 1995, hijo de Cannelle y Papillon.
  • Chocolat, macho nacido hacia 1984.
  • Aspe Ouest, una cría de Cannelle.

Postdata

Efectivamente, el artículo tuvo tres réplicas muy consistentes en el número de enero de 2015 de Science, que critican aseveraciones que se vierten sin pruebas de ello, como esa pretendida coexistencia de los grandes carnívoros y los seres humanos en Europa, en contraposición a una pretendida separación en Norteamérica entre poblaciones de grandes carnívoros y humanos. Efectivamente, en el artículo pretenden explicar que se protegen los grandes carnívoros en el Mundo siguiendo ese modelo norteamericano, insinuando que sería posible otro en el que los seres humanos pudieran convivir con los grandes predadores, sin necesidad de grandes espacios naturales bien conservados. En otra de las réplicas, también señalan que algunas de esas poblaciones de grandes carnívoros no estarían funcionando como piezas fundamentales de ecosistemas bien conservados, sino que estarían sobreviviendo comiendo basura, carroñas de ganado, etc. Desde luego, son críticas consistentes a un artículo demasiado optimista y unas conclusiones que van mucho más allá de lo que se puede extraer de sus datos y su análisis. Se puede concluir que es un artículo de opinión que, manejando datos ya publicados, especulan sin ningún tipo de análisis de los resultados. Solo me queda darle las gracias a mi amigo Carlos Rodríguez del Valle, que me informó de la existencia de estas réplicas. 

1 comentario:

  1. Enhorabuena por esta interesante entrada. Esta tendencia al positivismo para maquillar la mala gestión de las administraciones y su falta de compromiso la vivimos muy de cerca en este país en el que parece que estamos retrocediendo a pasos agigantados en gestión ambiental, y especialmente en la comunidad en la que vivo, Asturias.
    Un saludo y enhorabuena por tu blog

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