25 de abril de 2012

Culcita macrocarpa, cinco poblaciones únicas en la Península Ibérica

En esta fotografía tomada el 24 de abril de 2012 se indican 5 poblaciones de Culcita macrocarpa en la parte más alta de las laderas orientadas al norte del valle del río Rumenes o San Esteban. En el barranco de este río hay poblaciones tan numerosas, pero son estas cinco poblaciones de la cresta de cuarcitas que cierra el valle por el sur las que resultan únicas en el contexto del continente europeo, donde siempre se encuentran en el fondo de barrancos cercanos a la costa a la sombra de alisos o avellanos. Aquí, sin embargo, estas poblaciones recuerdan sus poblaciones de las Islas Macaronésicas. 
En esta fotografía, una de las poblaciones en cuestión, la 1. Estas poblaciones tan peculiares fueron descubiertas por nuestro amigo Gonzalo Gómez Casares a finales del año 2003, que amablemente me guió el 24 de abril de 2012. Su cita apareció publicada en el número 49 del Bol. Cien. Nat. R.I.D.E.A. en el artículo titulado "Contribuciones al conocimiento de la flora Cantábrica, VII".
Una fotografía de la misma población. Estas poblaciones, como nos hizo ver Gonzalo Gómez Casares, no son relictas, ya que las glaciaciones del Cuaternario hicieron que el clima impidiera su pervivencia en los Picos de Europa, incluso a la altitud en que se encuentran, entre 500 y 650 metros. Culcita macrocarpa debió llegar en un momento de los últimos 15.000 años, con posterioridad a la Última Glaciación, probablemente en el Óptimo climático del Holoceno (9.000-5.000 B.P.). En el caso de los helechos, que se reproducen mediante diminutas esporas, esto resulta más sencillo que en el caso de los árboles y arbustos de frutos pesados, imposibles de ser transportados por el viento.
La población 2 de Culcita macrocarpa ocupa una ancha grieta entre sendas paredes de cuarcitas formadas en el Paleozoico, en concreto en el Ordovícico, hace entre 500 y 435 millones de años, un periodo mucho más antiguo que el Carbonífero, en que se formó el potente paquete de calizas de los Picos de Europa hace entre 360 y 300 millones de años.
La población 3 de la cresta ordovícica entre el pueblo de San Esteban y la riega los Negros, tributario del río San Esteban o Rumenes. Estas poblaciones son de acceso muy dificultoso. Por el contrario, son fáciles de ver desde el sendero que sube desde el pueblo de San Esteban, municipio de Peñamellera Baja (Asturias) hasta la Braña de Sombeju, cerca de la cual existe la cascada del mismo nombre, que bien merece una visita.
La población 4 vista desde arriba. Quizás la mayor de las cinco poblaciones. Parece tan importante como imposible el censo de estas poblaciones. Una simple estima también parece tarea difícil.
Esta es la última población, la 5. Su exposición netamente al norte y al pie de unas paredes verticales consiguen ofrecerle un hábitat muy umbrío, ya que deben recibir muy pocas horas de luz solar directa anualmente. Sin duda, el microclima especial de estos valles rodeados de altas montañas hace posible la ausencia o escasez de heladas invernales, a pesar de encontrarse a más de 500 metros de altitud.

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