21 de julio de 2018

Triste centenario de la declaración del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga

El primer espacio natural protegido fue el "Yellowstone National Park", declarado mediante decreto del 1 de marzo de 1872 por el presidente estadounidense Ulysses Grant con el fin de crear un lugar "libre de explotación mercantil, dedicado a la satisfacción del pueblo". Con esa misma idea de preservar de todo tipo de explotación un espacio natural privilegiado, Pedro José Pidal, Marqués de Villaviciosa, senador vitalicio, defendió en las Cortes la nueva idea de los parques nacionales, para crear según sus palabras "Santuarios de la Naturaleza" y atesorar "los esplendores de la Naturaleza", porque en ellos se halla un "aliento de vida, potencialidad, de exuberancia, de energías". España fue uno de los primeros estados europeos en seguir esta filosofía y el 7 de diciembre de 1916 sancionó el rey Alfonso XIII la primera Ley de Parques Nacionales, materializada el 22 de julio de 1918 mediante la declaración del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga. Tras la declaración el 16 de agosto de 1918 del Parque Nacional del Valle de Ordesa, este proceso se paralizó y no se reactivó hasta el año 1954. La Ley de Parques Nacionales fue derogada por la Ley de Montes de 1957, bajo cuyo régimen se declararon nuevos Parques Nacionales.
El modelo de los espacios naturales protegidos no es el ideal, desde luego, pero si lo evaluáramos fría y científicamente, como para publicarlo en una revista científica, el resultado sería que han conseguido conservar la Naturaleza y que en muchos casos lo que hay dentro se encuentra en mejor estado que en el momento de su declaración, mientras que lo que hay fuera se ha deteriorado en distintos grados, en muchos casos de manera catastrófica. Si esa fuera la conclusión, lo que deberíamos pedir son más espacios naturales protegidos y más extensos, y si acaso, zonas de conexión entre ellos. Yo he estado en tres países lejanos: Costa Rica, Sudáfrica y Tailandia. Fuera de los Parques Nacionales todo es agricultura y ganadería, cuando no son minas o pantanos. Creo que se puede hacer un balance muy positivo del resultado obtenido con la creación de los Parques Nacionales. En muchas regiones del planeta, echando la mirada atrás unas pocas décadas, solo se conserva de natural lo que ha quedado dentro de los Parques Nacionales.
Los Parques Nacionales de esos países lejanos protegen una Naturaleza que ha llegado prácticamente virgen hasta nuestros días, y las únicas amenazas que deben regular o perseguir son las que originan el turismo y el furtivismo. El Parque Nacional de los Picos de Europa, además de esas amenazas, soporta las generadas por los usos del territorio (silvicultura, ganadería, agricultura, etc.). En estos últimos años el Oso pardo se ha ido haciendo más frecuente, provocando la alarma entre los habitantes de los pueblos, que lo habían casi olvidado, el Lobo sufre una persecución continuada y creo que podemos dar por extinto al Urogallo cantábrico, a falta de una confirmación oficial. Respecto de la ganadería, creo que es necesario un estudio histórico. En el País Vasco, después de más un siglo de literatura romántica y mucho texto imaginado por parte de etnógrafos y antropólogos, ha bastado que un historiador, Álvaro Aragón Ruano, se haya puesto a estudiar los archivos históricos para descubrir que el trasiego de ganado entre distintos concejos solo tiene 250 años de antigüedad.

1 comentario:

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    World of Animals

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