28 de mayo de 2013

Salamandra rabilarga, larvas

Encontré dos larvas de Salamandra rabilarga (Chioglossa lusitanica) en un arroyo que discurre por la ladera sur de la sierra del Cuera hasta desembocar en el río Cares (Asturias). La larva de la fotografía tiene una longitud total de 26 mm.
Podéis ver este vídeo de este mismo ejemplar. Las larvas cuando eclosionan tienen una longitud total media de 19 mm y al cabo de 12,5 semanas alcanzan 45 mm. Como los huevos, las larvas al nacer son completamente blancas y se van pigmentando progresivamente hasta que en su segundo año presentan un color muy oscuro o negro.
Encontramos esta larva de unos 45 mm a 50 metros de altitud en un arroyo de los que discurren por la ladera sur de la sierra del Cuera hasta desembocar en el río Deva, cerca de Panes, municipio de Peñamellera Baja, en la localidad más oriental de su área de distribución. Esta larva está en su segundo año de desarrollo larvario y se encuentra cercana a comenzar su metamorfosis. La duración de su período larvario es muy variable. Hay larvas que realizan la metamorfosis en su primer año, entre los meses de julio a septiembre, y otras pasan el invierno en el agua sin realizar la metamorfosis hasta la primavera siguiente, entre los meses de abril a julio. Las larvas, a diferencia de los juveniles y los adultos, son estríctamente nocturnas, permaneciendo inactivas durante el día bajo piedras dentro del cauce de los cursos fluviales.
Los adultos de Salamandra rabilarga se reproducen en fuentes subterráneas, en zonas de pendiente casi vertical, con elevada humedad y agua corriente, limpia y con temperatura y caudal constantes. También se conocen puntos de reproducción en minas abandonadas que cumplen con dichos requerimientos ambientales. En el noroeste de Portugal las puestas las realizan entre los meses de agosto y diciembre, y las larvas eclosionan entre octubre y enero. En Pontevedra se han observado puestas entre junio y noviembre, mientras que en A Coruña se observaron apareamientos en mayo y junio, y larvas reciente eclosionadas en febrero, lo que indica que las puestas se realizaron en los meses de diciembre y enero. En la sierra del Cuera (Asturias) parece que se conservan pequeñas poblaciones en diversas localidades. Es posible que la fuerza de la corriente del agua arrastre arroyo abajo a estas larvas desde hipotéticas localidades donde los adultos realizarían las puestas. Esta sería la razón por la que encontramos larvas con cierta facilidad y, hasta ahora, nunca adultos. Una vez realizada la metamorfosis, los juveniles serían capaces de remontar los arroyos hasta las zonas de reproducción. Tomamos estas fotografías el 26 de mayo de 2013.

1 comentario:

  1. Interesante observación y creo que es totalmente posible que la corriente alejara a las larvas de la población. De todos los modos seria importante testar si remontan el arroyo.

    Un saludo

    Abel

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